domingo, 5 de diciembre de 2010

Suave andar



Las alfombras tienen como finalidad brindar aislamiento térmico y sonoro, además de aportar comodidad y calidez al recorrer el hogar. En los últimos años se han vuelto un elemento decorativo importante, por su alto grado de adecuación a los ambientes y la posibilidad de generar contrastes de colores y texturas.

La elección de la alfombra debe tener en cuenta el ambiente a ser destinada, siendo desaconsejable en cocinas, baños y cualquier sector expuesto a humedad. En las tiendas hay gran variedad de colores, materiales y tamaños, además de poder realizar pedidos a medida y ser de fácil colocación sobre cualquier superficie, sin importar el estado.

Hay tres clases principales de alfombras: moquette, baldosa y carpeta. La primera es la alfombra que se coloca de pared a pared, bordeada con un pequeño zócalo del mismo material o de madera. Resulta la clásica elección para oficinas y zonas de alto tránsito.

La alfombra en forma de baldosa consiste en módulos pequeños con base de caucho (también se encuentran algunas opciones con pvc autoadhesivo), que se colocan agrupadas generando el mismo efecto que el moquette. Esta opción sirve para contar con un fácil acceso a instalaciones por debajo del suelo, o realizar de manera sencilla el recambio de sectores afectados por el paso del tiempo, sin tener que quitar toda la alfombra.

La carpeta es la alfombra más pequeña en dimensiones, que se coloca en un sector para agrupar elementos, limitar una zona o generar un efecto de decoración en relación con otros muebles. Es la opción que permite más juego en el diseño de los hogares.

La densidad es otro factor a tener en cuenta al momento de la elección, ya que la cantidad de cabos de fibra por metro cuadrado garantizará la resistencia al peso de los muebles y el tránsito de las personas. El peso del hilado de la muestra sobre la mano comprueba el grado de rendimiento de la pieza a colocar.

Por otra parte, las texturas de las alfombras dependen del tratamiento de los hilos, encontrando las que se denominan bouclé liso, que consisten en pequeños rulos de hilo ubicados a la misma altura, aportando una alta resistencia al tránsito y fácil limpieza; las bouclé estructurado, que manteniendo las mismas ventajas que el liso, poseen texturas debido a la colocación de los rulos de hilo en distintos niveles; y las elaboradas con pelo cortado, compuesto por una capa de pelos parado y cortados casi al ras, resultando muy suaves al tacto.

Además, se consiguen las alfombras tipo Frieze, similares a las de pelo cortado pero con un mini rulo, lo cual garantiza mayor durabilidad; y las combinadas, con distintas texturas en su superficie a través de la variedad de colocación de hilos, e incluso apliques de otros materiales, como cuero, madera, metal, etc.

Por último, hay que tener en mente que si se coloca una alfombra debajo de un grupo de muebles, se tiene que decidir cuál es el elemento central. Si la alfombra resulta serlo, se pueden apostar a diseños más jugados, mientras que si lo central es un mueble o un artefacto decorativo, las líneas deben ser simples y los colores acordes.

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