domingo, 26 de diciembre de 2010

Preparar la casa para el año nuevo



Nada mejor para recibir esta época del año que renovar y dar nuevos toques a la decoración de la casa, más allá de las pautas clásicas. La elección de tonos, objetos y su ubicación en los distintos ambientes del hogar son claves para diseñar una imagen que de la bienvenida al año nuevo.

La decoración para las fiestas casi siempre tiene como eje central la navidad, pero las últimas tendencias apuestan más a las líneas minimalistas, adquiriendo protagonismo los colores plata, dorado y blanco, así como las estrellas fugaces, los copos de nieve, las cintas decorativas y la gran cantidad de iluminación.

Lo primero para encarar la decoración es elegir los ambientes clave de la casa, ya que una decoración que la abarque completa puede resultar sobrecargada. La puerta de entrada, el living comedor o el área donde pase mayor tiempo reunida la familia, y algún sector al aire libre, como el jardín, patio o balcón son los lugares ideales para desplegar los adornos festivos.

El paso siguiente, para aquellos que consideran vital la armonía con el Feng Shui, es tratar de incorporar los cinco elementos para finalizar el año e iniciar en equilibrio de energías el 2011.

El fuego, a través de las luces decorativas que se dispongan en la casa; el metal mediante esferas, guirnaldas y objetos decorativos; el vidrio o cristal en centros de mesa, para representar el agua; el árbol navideño convocando a la madera; y un pesebre en cerámica, para emular la tierra, permiten diseñar una decoración navideña acorde.

Una solución más sencilla es crear un centro de mesa alusivo a las fiestas que contengan pequeñas partes de todos estos elementos, así como un arreglo en la entrada de la casa para conseguir la armonía.

Luego, una novedad en la decoración son los adhesivos para paredes y pisos en vinilo con diseños focalizados en las fiestas. Árboles de navidad con sus ornamentos, guirnaldas de los más variados colores, estrellas fugaces, Papá Noel con sus renos y regalos en diversos tamaños, pueden aportar a la decoración de las fiestas, sin insumir mucho tiempo y esfuerzo. Además, son fáciles de remover y no dañan las superficies.

Por último, hay que recordar que menos es más: es preferible una decoración sencilla, en dos o tres tonalidades de colores, y objetos de estilos similares, centrándonos en el árbol, el pesebre y los regalos, antes que una decoración que sobrecargue el estilo de la casa con más elementos de lo que puede sustentar.

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