lunes, 10 de enero de 2011

La supremacía del blanco



Es el aliado más tradicional y no por ello pasado de moda. El blanco en la decoración provee de aires minimalistas, elegancia y modernidad, al mismo tiempo que ilumina los ambientes y los dota de versatilidad al momento de elegir los muebles y ornamentos.

El blanco como color principal de los ambientes es un recurso muy utilizado en la decoración para habilitar la imaginación: encontrarse con una habitación blanca es como sentarse delante de una hoja en blanco, que puede ser llenada con lo que deseemos en el momento.

Esta versatilidad propia del blanco genera que se pueda combinar de manera sencilla con texturas, colores y formas de lo más variadas, como el acero, la madera, las alfombras de yute, elementos laqueados o marcos moldurados, etc.
En cuanto a la pintura de techos y paredes, se puede apelar al blanco absoluto o el blanco roto.

El blanco absoluto es la elección por el color puro, sin vetas o trazas de ningún tipo, que resulta ideal para dar un acabado satinado sobre texturas y combinar con elementos decorativos de colores vibrantes.

El blanco roto, por otra parte, consiste en cortar la pureza con algunas gotas de color, casi siempre utilizando tonos cálidos como el rojo o el marrón. Se recomienda optar por una de las opciones, ya que la combinación de ambos blancos hace lucir como gastado u opaco al blanco roto.

El blanco absoluto funciona muy bien si se quiere crear ambientes con muebles y objetos negros, logrando una decoración elegante, moderna y minimalista. La combinación con muebles de líneas geométricas, espejos y una buena fuente de iluminación completa un estilo refinado y simple.

En cambio, el blanco roto colabora muy bien con detalles que amenicen el hogar, en tonos suaves, pasteles y cálidos, sosteniendo estilos como el rústico o el clásico.

El marco en blanco para muebles confeccionados en madera silvestre, espejos y cuadros de molduras trabajadas, el hierro forjado, los almohadones y telas estampadas, las carpetas de diseño, funcionan de manera equilibrada, aportando luminosidad y energía.

Finalmente, se desaconseja la elección de muebles y objetos en blanco puro sobre blanco puro, ya que puede resultar molesta la saturación y generar ambientes muy fríos, además que al ojo humano las mínimas diferencias de tono no se perciben hasta ver el conjunto, y la elección de un mueble u objeto que aparentemente es puro quizás resulta en roto por contraste.

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