viernes, 23 de julio de 2010

Un vestidor en el hogar



Los vestidores o armarios a la vista van ganando metros en el diseño actual de las casas y los departamentos. No hace falta un gran espacio, simplemente siguiendo algunas pautas se puede aprovechar al máximo un rincón o pasillo para disponer de todas las prendas inteligentemente organizadas a la vista.
Dependiendo de la cantidad de metros, hay tres estilos de vestidores: el vestidor en suite, rectangular con estantería a ambos lados, tratando de aprovechar al máximo el poco metraje de un pasillo; los vestidores espaciosos, contando con la superficie entera de un cuarto y complementando las estanterías con cómodas aparte y hasta algún pequeño living compuesto por sillones y una mesa ratona; y los armarios a la vista, que son muy prácticos pero requieren de estar siempre ordenados y limpios para ser atractivos.
En cuanto a su forma, se pueden diseñar vestidores en L, contando con dos paredes de un cuarto; en forma lateral, utilizando una pared del cuarto y una del pasillo; de manera envolvente o forma de U, para lograr mayor visibilidad de todas las prendas; sobre los laterales de un pasillo cuando no se dispone de espacio; o simplemente un armario a la vista sobre una de las paredes de la habitación. Una forma de contar con un poco más de privacidad en estos últimos es agregar un biombo que combine con el diseño de la habitación.
La primera pauta a la hora de incorporar un vestidor es tener en cuenta aquello que se va a colocar y cómo, así se proyecta su espacio con medidas adecuadas: prendas colgadas de gran largo, prendas dobladas, prendas colocadas en estantería, cajoneras y sector de zapatos, etc. Igualmente, si no se tiene en claro esto, se puede confeccionar un armario con partes fijas y otras removibles, como estanterías extraíbles, barrales móviles, etc.
Las medidas necesarias para contar con un buen vestidor son entre 40 y 55 centímetros de profundidad, 30 centímetros de ancho mínimo para los estantes y, en lo posible, que sea confeccionado de piso a techo para evitar los estantes en altura o baulera.
Un detalle vital es la iluminación. Se debe tener en cuenta la dirección y el tipo de luz, ya que si no pueden verse afectados los colores y las texturas de las prendas, lo que puede llevar a una mala apreciación del vestuario. Se recomienda una luz blanca, que puede ser complementada con luces cálidas direccionadas para no generar un ambiente muy frío.
Por último, la elección de los espejos también se relaciona con el espacio del cual se dispone y la iluminación. Una forma de contar con uno en poco espacio es colocar una puerta de espejo. Esto además brinda la sensación de mayor amplitud del lugar. Otra forma es colocar un espejo detrás de una de las estanterías donde se ordena la ropa colgada de mediano o gran largo. Si no, puede guardarse un pequeño espejo de pie en los estantes inferiores, al cual acudir cuando uno finalizó con su elección de ropa.

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