viernes, 9 de octubre de 2009

Un toque fresco para el verano



¿Cómo podemos agregar un toque de aire veraniego a nuestra casa sin perder la sofisticación? La idea es no perder todo nuestro presupuesto destinado a las vacaciones y tener una sala con aire renovado, que nos invite a descansar en un fresco sofá, entre el perfume de flores blancas.

Evocando la esencia de un jardín, la sala se puede transformar cambiando algunos detalles decorativos. Como eje fundamental de nuestra decoración, intentaremos dar más luz al ambiente despojándolo de todo elemento decorativo oscuro (como mantas, tapetes, objetos). Cuanto más despojado quede el ambiente, más claridad agregaremos a cada rincón.

La esencia romántica de la etapa estival no puede estar ausente. Podemos reemplazar los géneros pesados del invierno con unas fundas blancas combinadas con almohadones de flores. En este sentido, podemos jugar con distintos estampados floridos y rayas al tono haciendo unas nuevas fundas de almohadón. Reemplazaremos los candelabros y velas oscuras de la decoración invernal por jarrones con flores frescas, para que el aroma fresco se irradie por toda la casa.

Podemos agregar sobre la mesa ratona una bandeja con coloridos vasos y una jarra. La tendremos lista para disfrutar de un té helado o jugo de frutas.

La paleta de colores de esta época es tan variada como desafiante. ¿Quién puede decir que el azul turquesa sobre el blanco no queda sofisticadamente veraniego? Otra combinación novedosa es el monocromático juego del negro y el blanco (con prevalencia de éste último). El verde manzana agrega un aire juvenil, mientras que el verde seco combinado con la paleta de beige le da a los ambientes un toque más señorial.

Otros accesorios para la decoración pueden ser: palmeras de interior y orquídeas en macetas. Preferiremos coloridos jarrones orientales en reemplazo de los libros de las bibliotecas. Si reemplazamos las alfombras de lana, podemos optar por las de yute o hilo sizal, que además de frescas, aportan un aire rústico y simple. En las ferias podremos encontrar piezas de vajilla con motivos florales a muy bajo costo, que acompañada con individuales y manteles coloridos puede dar un aspecto totalmente renovado de nuestro juego tradicional. No tengan miedo de mezclar estilos y colores: en verano todo vale.

Un detalle final para las más audaces: los gruesos sillones de la sala se pueden reemplazar por un fresco juego de jardín de ratán, mimbre, madera e incluso hierro. Lo importante es que los géneros que utilicen sean ligeros y coloridos. Verán cómo esa sala que en verano casi no usaban se transformará en el lugar de descanso ideal en las tardes veraniegas.

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