jueves, 28 de octubre de 2010

Ubicación, ubicación, ubicación




Los cuadros realzan la decoración de los ambientes, aportan al estilo elegido y a su vez sintetizan una manifestación de los gustos personales. La elección de su forma, tamaño y ubicación es vital para cerrar el concepto del diseño de los espacios.
Como sucede con la elección de los inmuebles, con los cuadros todo se reduce a tres factores: ubicación, ubicación y ubicación. Un cuadro mal dispuesto en la pared en cuanto a su altura o su relación con los otros objetos del ambiente se puede volver un estorbo. Aquí, brindamos un breve decálogo de cómo elegir y ubicar los cuadros en el hogar.

1. Manifestar los gustos personales: La elección del contenido de los cuadros deben identificar a los que habitan el lugar, ofrecerse para recrear la vista.

2. Guardar relación con la decoración del ambiente: Los cuadros deben estar en armonía entre sí y con el estilo del ambiente. Esto puede lograrse simplemente con una buena elección del marco.

3. Crear un criterio de colocación: Antes de colocar los cuadros sobre la pared, una excelente idea es disponerlos en el piso y probar distintos criterios de ubicación espacial.

4. Proporción: Cuando la cantidad de cuadros es elevada, hay que tener en cuenta la proporción con el lugar de destino. Una excesiva cantidad de cuadros achica los espacios que ya son reducidos, mientras que poca cantidad muy juntos en espacios amplios dan la sensación de vacío.

5. Distribución: Con los cuadros se pueden generar agrupamientos verticales u horizontales, líneas visuales múltiples, figuras geométricas o un desorden planificado, para generar equilibrio.

6. Cuadro central: Una forma de ordenar los cuadros es dar protagonismo a una pieza en particular, que actuará de centro del ambiente. Todos los demás cuadros guardarán relación con él.

7. Cuadros pequeños: se aconseja que estén agrupados, ya sea con otros de igual o distintos tamaños, para no generar la sensación de vacío o desequilibrio.

8. Espacio entre cuadros: siempre debe guardarse un espacio similar entre los cuadros a agrupar, siendo más grande a mayor tamaño de los cuadros.

9. Altura de colocación: la altura ideal es a la vista de las personas que habitan el hogar, al nivel de los ojos, ya que a mayor altura se fuerza la vista, sobre todo cuando se toma asiento en el ambiente para disfrutarlos.

10. Alternativas: una buena opción para no colgar todos los cuadros es colocarlos sobre los muebles del ambiente, apoyados apenas inclinados contra la pared. Para ello se debe tener en cuenta que el cuadro nunca debe superar en ancho al mueble, y que también se pueden agrupar en dos o tres o combinarlos con aquellos colgados en la pared.

miércoles, 20 de octubre de 2010

¡A mezclar se ha dicho!




Una tendencia reciente en el mundo de la decoración, es la mezcla de géneros y estilos en la composición de los ambientes del hogar. En el espíritu de este estilo, es justamente la mezcla de de estilos. Manifestación de lo que es cada uno, la variación de formas y lineamientos muestra además un gusto descontracturado y una actitud moderna.

Sea a través de la recolección en el tiempo de diversos objetos y muebles, o una meta de decoración meditada y planificada, la mezcla de estilos es una muy buena oportunidad para lograr combinaciones únicas.
Con el conocimiento de la existencia de tendencias y estilos tan variados como el minimalismo, el folk, lo étnico, el barroco, el clásico, el pop, entre cientos de otros, lo primero es elegir cuál va a ser el principal. Dentro de la mixtura que vayamos a realizar una tendencia debe primar por sobre el resto, servirá de marco y contenedor para las demás expresiones, siendo uno o varios los estilos secundarios, aunque se recomienda que no sean más de dos.

Una vez definidos las formas a combinar, es necesario observar si los componentes de ambos estilos efectivamente armonizan o no. Combinar y mezclar son dos cosas diferentes, si bien se busca un efecto descontracturado, nunca hay que dejar de lado la armonía y la coherencia. Hay estilos que generan sobrecarga, como el colonial sumado al rústico. Lo mejor es combinar una variante de formas recargadas con alguna otra que brinde líneas simples, por ejemplo el minimalista con el étnico, o la tecnológica con el pop.

La clave para que los estilos no desentonen están en los puntos de unión: debe haber un rasgo o elemento que aparezca en todos los componentes. Puede ser una gama de colores, una textura, un diseño o una forma. Por ejemplo, al mezclar un estilo campestre con uno de líneas modernas, la presencia de madera puede ser la resolución de continuidad, así como la mezcla del minimalista con el étnico puede estar dada por la paleta de colores.

Si ya contamos con espacios de la casa que fusionan estilos, podemos renovarlos y armonizarlos mediante las intervenciones en el mobiliario (modificando las texturas y/o los colores de las superficies de los mismos), haciendo un recambio en los marcos de cuadros, fotos y espejos, o colocando nuevos tapizados y telas (cambio de fundas, cortinas, mantelería, etcétera).

O simplemente, una opción más sencilla, es reubicar los elementos de la casa (si cada ambiente tenía su estilo), y generar por ejemplo un juego de mesa con distintas sillas, o un juego de sillón y sillones de diferentes tamaños y colores, entre otros.

La mezcla es una invitación a la creatividad con aquello que ya se tiene a disposición y lo que quedó archivado, así como también explorar ferias de diseño y garage sail’s, tratando de encontrar una combinación que exponga lo único de cada uno de nosotros.

viernes, 15 de octubre de 2010

Renovar las paredes




Por el desgaste propio del paso del tiempo, las marcas debido al cambio de ubicación del mobiliario y accesorios, o simplemente por querer remodelar, las paredes necesitan cada tanto una renovación. Pintar, empapelar o revestir son las mejores opciones para revitalizarlas.

La pintura se marca, opaca o descascara, al igual que los revestimientos, mientras que el empapelado se daña, despega o decolora por el paso del tiempo y la utilización del hogar. Pero no hay que preocuparse, al contrario: es una excelente oportunidad para dar rienda suelta a nuestra creatividad y elegir cómo queremos vestir nuestras paredes esta vez.

La primera opción es la pintarlas. A través de distintas técnicas o materiales, como la pátina, el esponjeado o el trapeado, y el espatulado podemos lograr diferentes efectos. La pintura lisa, en un único color o la combinación de varios, brinda un acabado suave y limpio a la vista. Para ello se puede optar por pintura al agua o al aceite, en acabado mate, satinado o brillante, dependiendo del uso que se le vaya a dar al ambiente y el color a utilizar. Las pinturas lavables son ideales para hogares con chicos.

Las pátinas sobre la pintura otorgan un acabado diferente. Deben ser aplicadas como una última capa de color, y logran un efecto de transparencia y combinación entre la pintura base y la tonalidad propia de la pátina. Al igual que la pintura base, las pátinas son de composición acuosa u oleosa, con lo cual la combinación entre un elemento y otro debe ser agua-agua o aceite-aceite, nunca se deben cruzar bases.

Otros acabados son mediante las técnicas de trapeado y esponjado. Ambas consisten en realizar distintas texturas mediante adminículos y su forma de golpeado sobre la pared, utilizando un color de fondo y uno o más de superposición. También puede ser aplicado con un color únicamente, para lograr textura sin contraste de color.

Por último, el espatulado consiste en emplear una capa de enduido común sobre las superficies con una espátula, con el objetivo de lograr distintos relieves, que luego del secado serán pintados. También se puede tonalizar la mezcla antes de la aplicación. A diferencia de las otras terminaciones esta forma parte del proceso de preparación de la pared, previo al color.

Otra opción para renovar las paredes es a través del empapelado, que puede ser de un único diseño o una mezcla de varios. Cada ambiente puede poseer su diseño predefinido. Una nueva tendencia es combinar retazos y crear diseños únicos, lo que comúnmente en la indumentaria se conoce como “patchwork”.

El estarcido va en la misma línea, aportando a través de la pintura o la combinación con el papel, secuencias de diseño que se van repitiendo progresivamente en la pared. Esto se logra a través de cuadrados de diferentes papeles y/o stencils con los diseños que uno desee.

Los revestimientos pueden ser también escogidos para modificar las paredes, utilizando materiales naturales como la madera o la piedra, el acero inoxidable, las cerámicas y las venecitas, entre otros. La elección también depende del ambiente, lo más común es el acero y los cerámicos para las cocinas, las venecitas para los baños y aquellos como la madera o la piedra, que conceden más calidez, en los livings y las habitaciones.

sábado, 2 de octubre de 2010

Un toque primaveral




Con la llegada de la primavera, el hogar puede expresar a través de pequeños detalles toda la frescura y la energía de la estación. No hacen falta grandes cambios ni invertir mucho tiempo: unos simples tips nos permitirán disfrutar al máximo los aromas y colores de los meses del amor.

“Love is in the air” cantaba John Paul Young en los ’70, y en nuestros oídos suena la misma canción con la llegada de la primavera. Colores, aromas, sabores, sensaciones se despiertan luego del letargo invernal. Nuestro ánimo cambia y el de nuestras casas también puede cambiar, renovarse y llenarse de color para comenzar a disfrutar del anticipo del verano.

La primera consigna es aprovechar la oferta gran oferta de flores y frutas que nos ofrece esta época. ¿Cómo? La mejor opción es armar arreglos combinando flores y frutas. Desempolvar los floreros guardados durante el invierno, uno por cada ambiente cambia completamente el semblante del hogar. Vasos, copas, jarras, hasta teteras antiguas pueden transformarse en floreros y dejar su función normal para pasar a albergar flores. Siempre conservando una armonía con la decoración el ambiente.

Los arreglos pueden complementarse con velas de distintos colores y aromas, cuidando que sean aromas suaves que no compitan con las flores. Las fresias por ejemplo, flor insignia de la primavera, son muy fragantes y perfuman los ambientes por si solas. Los hornitos y sahumerios también sirven para perfumar las casas, cuando empiezan los días templados es importante elegir aromas suaves, que no saturen y acompañen la frescura de las ventanas que comienzan a estar abiertas en la casa.

El color por doquier es la tónica de la estación. Los manteles, individuales, sábanas, cortinas, fundas de almohadones son elementos que pueden servir para renovar un ambiente. Muchas de estos ítems se pueden fabricar en casa con unos metros de tela. Los estampados de flores abundan y son ideales. Fundas de almohadones, manteles o individuales, se confeccionan en menos de una tarde.

Por último si decimos que la primavera es la estación de las flores y el verde, el jardín automáticamente se transforma en el protagonista. Renovar el jardín es una tarea casi obligatoria en estos meses. Incorporar nuevas plantas, arreglar las que ya tenemos, y dedicar una tarde a dejar el jardín lindo, más allá de hacer de nuestra casa un lugar más bonito, es terapéutico. Una tarde en el jardín y nuestra cabeza también se limpiará de preocupaciones. Aquellos que no cuentan con un jardín pero si tienen un balcón la consigna es la misma: renovar macetas, incorporar nuevas plantas, o arreglar las que ya se tienen. Las macetas se pueden renovar con tan sólo pintarlas de colores vibrantes, el balcón toma nueva vida.

Un último consejo que se puede aplicar a un jardín, pero que sirve sobre todo para aquellos que habitan un departamento, es tener unas pocas macetas con hierbas aromáticas. Tres o cuatro macetas con por ejemplo albahaca, tomillo, menta y cilantro. Generan un recurso muy útil a la hora de cocinar y agasajar a la familia. Con sólo ubicar las macetas en un lugar lejos de las hornallas y bien iluminado, y recordar regarlas asiduamente, es suficiente para asegurarnos que crezcan bien.